Neolítico astur
En torno al IV y III milenio a. C. comienzan a construirse monumentos tumulares erigidos con expreso fin funerario lo cual constituye un primer indicio de sociedad de pastores y campesinos.
Sin embargo, encontramos en el territorio astur una gran asimetría entre la presencia actual de megalitos en las dos vertientes de la cordillera. En la Asturia transmontana encontramos numerosos enclaves de altura para las tumbas megalíticas perviviendo muchos de los túmulos. Mientras, en la Asturia cismontana, las destrucciones debidas a la agricultura histórica serían numerosas. Por ello, los mapas actuales de distribución de los túmulos megalíticos no es argumento definitivo para la estimación de la rareza o abundancia del poblamiento megalítico en una región dada.
Sin embargo, encontramos en el territorio astur una gran asimetría entre la presencia actual de megalitos en las dos vertientes de la cordillera. En la Asturia transmontana encontramos numerosos enclaves de altura para las tumbas megalíticas perviviendo muchos de los túmulos. Mientras, en la Asturia cismontana, las destrucciones debidas a la agricultura histórica serían numerosas. Por ello, los mapas actuales de distribución de los túmulos megalíticos no es argumento definitivo para la estimación de la rareza o abundancia del poblamiento megalítico en una región dada.
En el área cismontana encontramos 8 dólmenes conservados en el norte de Zamora, algunos túmulos de tierra en las comarcas sedimentarias y vestigios dolménicos en las de montaña. En el área transmontana aproximadamente un millar de túmulos catalogados repartidos desde la costa hasta la alta montaña.
Las bases económicas son la ganadería y agricultura con culturas cerealistas más importantes en las comarcas meseteñas. Hay evidencias de labrantío y deforestación. La caza y la recolección son el complemento alimenticio.
En cuanto a la forma arquitectónica de las tumbas, los dólmenes del norte zamorano son de cámara circular y un corto corredor de acceso con cierta similitud con los megalitos salmantinos. Algunos ejemplos son Las Peñezuelas, ubo de Benavente o Morales del Rey. En ocasiones una son una simple cámara ovalada como en San Adrián en Granucillo. Los túmulos de las áreas sedimentarias son de tierra que recubren un enterramiento colectivo y son afines a otras del área sedimentaria del Duero. En la Asturia transmontana encontramos tumbas con cámaras pequeñas de planta subrectangular de La Cobertoria (Lena-Quirós), tumbas de planta poligonal como El cantón en Sariego o La Llaguna de Niévares C, en Villaviciosa y monumentos con la cámara más grande, como el dolmen de la Campa San Juan, en Salas. Algunos de estos disponen además de un corto corredor de acceso a la cámara, como Entrerríos, Allande y Monte Areo XV (Carreño). En el otro extremo tenemos la Llaguna D en Villaviciosa con una gran túmulo sepultando una cámara minúscula.
La sobriedad de los ajuares ástures, tanto transmontanos como cismontanos, contrasta con los meridionales de Salamanca o los de la Cuenca Media del Duero consistiendo en la ofrenda de hachas pulimentadas, láminas de sílex, microlitos geométricos y puntas de flecha.
Los dólmenes transmontanos, en clara relación con los galaicos, presentan elementos ornamentales pintados, grabados o piqueteados en los bloques de piedra de las cámaras, como por ejemplo, los del dolmen de Santa Cruz en Cangas de Onís.Resulta curiosa la ausencia de testimonios megalíticos en el área cismontana, con excepción del norte zamorano (tal vez por la extracción y comercialización de variscita de Palazuelo de las Cuevas) a pesar de que encontramos muchos enclaves en altura y con disponibilidad de piedra: ni en Valdeorras, ni en el Bierzo, ni Cabrera, etc. Sin embargo esto no quiere decir el área astur cismontana no participara en el entramado cultural megalítico ya que el enterramiento dolménicos, antes que megalítico, es colectivo.
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1 Comments:
Hola:
Te encontré buscando sobre el neolítico.
Muy interesante la exposición.
saludos.
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