El Bronce Medio astur

A partir de la segunda mitad del II milenio se desarrollan culturas de carácter muy local y replegadas sobre si mismas con tradiciones metalúrgicas caracterizadas por un fuerte arcaísmo a pesar de las mejores técnicas, como son las aleaciones de bronce. Durante este periodo se produce una reestructuración y modificación de las corrientes comerciales del Bronce Antiguo lo que trae consigo una atenuación de los contactos atlánticos, que se hacen más intermitentes.
Existen, sin embargo, algunos testimonios metalúrgicos sin contexto arqueológico que evidencian la continuidad de los contactos atlánticos. Una de ellas es un hacha de talón sin asas hallado en El Bierzo, un tipo bastante insólito y cuyos más cercanos paralelos se encuentran en el Bronce Medio bretón. Este tipo de hachas son fósiles-guía del Bronce Medio en los territorios norpirenaicos y no se conocen en la Península Ibérica más de una decena de hachas de estas características, todas ellas distribuidas en la región cantábrica, desde Finisterre al Bidasoa. En Pruneda (Navia) se halló otra pieza similar.

Otro hallazgo se produjo en el Cea, una espada argárica más relacionada con las del Cuadrante Noroeste peninsular, como por ejemplo Forcas, Castelo Bom o Entrambasaguas, que con otras halladas en la Meseta Norte como las de Santa Olalla de Bureba (Burgos) y Villaviudas (Palencia). La espada de Cea es una manufactura hispánica con afinidades con las propias de El Argar, en el sureste de la Península, pero que hereda rasgos de puñales occidentales del Bronce Antiguo “briánico-armoricanos”.

Otros ejemplos son el puñal de Lancia, comparable con alabardas atlánticas de tipo Carrapatas y el de Ardón, vinculado a un horizonte Cogotas I.

La expansión de las gentes de Cogotas sobre el Duero medio alcanza a las tierras leonesas y zamoranas, aunque el río Esla parece señalar el límite occidental del territorio que les es más propio. El espacio asturiano y buena parte del leonés quedan pues aparentemente al margen del área específicamente Cogotas, a pesar de la presencia de cerámicas decoradas con Boquique en las zonas astures más sedimentarias de la Cuenca del Duero, como las de los yacimientos de Ardón y Posadilla, aunque se piensa que su presencia es el resultado de la expansión del grupo Cogotas I, ya formado, hacia el Oeste.

En esta época siguen ocupándose para el hábitat altozanos de fácil defensa como los de Posadilla, Los Vallados en la Garandilla y Oblanca, así como castros en llano, como el de Ardón. Al norte de la Cordillera la precaria información disponible se reduce a testimonios metalúrgicos, sin que habitats o necrópolis den claridad a este periodo.

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