El Reino Olvidado

Este diario es la crónica de un país olvidado, el seguimiento de su huella histórica, cultural y artística en España y en Europa.

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ex gente susarrorum

viernes, mayo 26, 2006

Los pueblos del Norte

"7. Todos los habitantes de la montaña son sobrios: no beben sino agua, duermen en el suelo, y llevan cabellos largos al modo femenino, aunque para combatir se ciñen la frente con una banda. Comen principalmente carne de cabrón; a Áres sacrifican cabrones, y también cautivos y caballos; suelen hacer hecatombes de cada especie de víctima, al uso griego, y por decirlo al modo de Píndaros, 'inmolan todo un centenar'. Practican luchas gýmnicas, hoplíticas e hípicas, ejercitándose para el pugilato, la carrera, las escaramuzas y las batallas campales. En las tres cuartas partes del año los montañeses no se nutren sino de bellotas, que, secas y trituradas, se muelen para hacr pan, el cual puede guardarse durante mucho tiempo. Beben 'zýthos', y el vino, que escasea, cuando lo obtienen se consume en seguida en los grandes festines familiares. En lugar de aceite usan manteca. Comen sentados sobre bancos construidos alrededor de las paredes, alineándose en ellos según sus edades y dignidades; los alimentos se hacen circular de mano en mano; mientras beben, danzan los hombres al son de flautas y trompetas, saltando en alto y cayendo en genuflexión. En Bastetanía las mujeres bailan también mezcladas con los hombres, unidos unos y otros por las manos. Los hombres van vestidos de negro, llevando la mayoría el sagum con el cual duermen en sus lechos de paja. Usan de vasos labrados en madera, como los keltoí. Las mujeres llevan vestidos con adornos florales. En el interior, en lugar de moneda practican el intercambio de especies o dan pequeñas láminas de plata recortadas. A los criminales se les despeña, y a los parricidas se les lapida, sacándolos fuera de los límites de su patria o de su ciudad. Se casan al modo griego. Los enfermos, como se hacía en la Antigüedad entre los assýrioi, se exponen en los caminos para ser curados por los que han sufrido la misma enfermedad. Antes de la expedición de Broútos, no tenían más que barcas de cuero para navegar por los estuarios y lagunas del país; pero hoy usan ya bajeles hechos de un tronco de árbol, aunque su uso aún es raro. Su sal es purpúrea, pero se hace blanca al molerla. Así viven estos montañeses, que, como dije, son los que habitan en el lado septentrional de Ibería; es decir, los kallaikoí, ástoures y kántabroi, hasta los ouáskones y el Pyréne, todos los cuales tienen el mismo modo de vivir. Podría hacer la lista de estos pueblos más larga; pero renuncio a una descripción aburrida, pues a nadie le agradaría oír hablar de los pleútauroi, bardyétai, allótriges, y otros nombres menos bellos y más ignorados.

8. Su rudeza y salvajismo no se deben sólo a sus costumbres guerreras, sino también a su alejamiento, pues los caminos marítimos y terrestres que conducen a estas tierras son largos, y esta dificultad de comunicaciones les ha hecho perder toda sociabilidad y toda humanidad. Sin embargo, hoy el mal es menor gracias a la paz y a la llegada de los rhomaíoi. Allí donde estas dos ventajas no han penetrado, conservan un carácter más feroz y brutal, sin tener en cuenta que esta disposición natural entre la mayoría de ellos ha podido aumentarse por causa de la aspereza del país y el rigor del clima. Mas, repito, todas estas guerras están hoy día acabadas; los mismos kántabroi, que de todos estos pueblos eran los más aferrados a sus hábitos de bandidaje, así como las tribus vecinas, han sido reducidos por Sebastós Kaísar; y ahora, en lugar de devastar, como antes, las tierras de los aliados del pueblo romano, llevan sus armas al servicio de los mismos rhomaíoi, como acaece precisamente con los koniakoí y con los plentouísoi, que habitan hacia las fuentes del Íber. Tibérios, además, por indicación de Sebastós Kaísar, su predecesor, ha enviado a estas tierras un cuerpo de tres legiones, cuya presencia ya ha hecho mucho no sólo pacificando. sino también civilizando una parte de estos pueblos."
(Estrabón, Geographia, cap. 3)

Este es uno de los clásicos descriptivos de los Pueblos del Norte: “Así viven estos montañeses, que, como dije, son los que habitan en el lado septentrional de Ibería; es decir, los kallaikoí, ástoures y kántabroi, hasta los ouáskones y el Pyréne, todos los cuales tienen el mismo modo de vivir” Obsérvese que la preposición de genitivo griega que usa Estrabón, méjri, significa “hasta, hasta el límite de”, del mismo modo que en “méjri thalásses”: “hasta el mar” lo que no incluye al territorio vascón, aunque se viene interpetando tradicionalmente lo contrario.

Un simple vistazo a la distribución de los pueblos prerromanos en la península ibérica rebela la gran fragmentación de los pueblos del Noroeste de la península: galaicos, ástures y cántabros. Los galaicos (callaeci) fueron divididos por Roma en Bracarenses y Lucenses; bracarenses fueron los Aebisoci, Amphiloci, Auregenses, Aquiflavienses o Turodi, Auobrigenses o Aobrigenses, Bibali, Bracari, Callaeci, Coelerni, Equaesi, Grouii, Helleni, Interamici, Leuni, Limici, Luanci, Lubaeni, Narbasi, Nemetati, Quarquerni, Seurbi, Tamagani…; y entre los lucenses estaban los Albiones, Arroni, Artabri o Arrotrebae, Baedyi, Cibarci o Cabarci, Cileni, Copori, Egivarri Namarini, Iuadovi, Lemavi, Neri, Poemani, Praestamarci, Seurri, (Celtixci) Supertamarci... Los ástures se dividían, en tiempos de Roma, en Astures Transmontani et Augustani, esto es, los situados, respectivamente, al norte y al sur de la Cordillera Cantábrica. Fueron transmontanos los Lugones y Paesici; y augustanos los Amaci, Baedunienses, Brigaecini, Gigurri, Lancienses, Lugeii, Lugones, Orniaci, Selini, Superati, Tiburi, y Zoelae. Las divisiones de los cántabros comprendían, como mínimo, a los Avarigoni, Blendii (= Plentusioi?), Camarici (?), Concani, Coniaci (=Coniscoi?),Corucani, Iuliobrigenses, Moroicani, Ongaviolci (Octaviolci?), Orgenomesci, Salaeni, Vadinienses y Vellici. Esta fragmentación tribal también se verá reflejada en sistema de poblamiento muy denso y disperso.

“[En la Hispania Citerior] Entre los nueve pueblos de los cántabros sólo hay que nombrar a Julióbriga [...] A continuación de ellos se hallan los veintidós pueblos de los ástures, divididos en augustanos y transmontanos, con Astorga, una ciudad magnífica: entre ellos están los gigurros, los pésicos, los lancienses y los zoelas . El número de hombres libres de toda esa población llega a doscientos cuarenta mil. El convento jurídico de Lugo es de dieciséis pueblos poco importantes y de nombre bárbaro, salvo los célticos y los lémavos, pero con casi ciento sesenta y seis mil hombres libres. Por el mismo estilo son las veinticuatro ciudades de Braga con doscientos ochenta y cinco mil hombres. Entre ellas, aparte de la de los bracarenses, se puede nombrar sin cansar a los bibalos, celernos, galaicos, equesos, límicos y querquernos”. (Plinio el Viejo, Historia Natural)

Julio Caro Baroja en Los Pueblos de España trata a las regiones del Norte de la península Ibérica de forma conjunta englobando Galicia, Asturias, León, Cantabria, Vascongadas y Navarra, y encontrando los siguientes rasgos comunes:

Dentro de esta área queda actualmente comprendida la de extensión de aperos de labranza más primitivos que el arado, creados en una época de horticultura femenina acaso, con la particularidad de que los más característicos se hallan al este de dicha área.
Que dentro de ella, igualmente, queda comprendida la del hórreo con pilotes, construcción típica de pueblos agrícolas arcaicos.
Que dentro de ella queda también la del carro chillón, por lo menos en España, con la particularidad de que el tipo de ruedas más primitivo se encuentra al este.
Destaca que “la Vasconia a recogido de de la antigua cultura prerromana una serie de elementos de tipo material que no dejan de ser útiles. En cambio, en el territorio meridional de los ástures (Maragatería, Cabrera, etc.), se conservan las formas típicamente matriarcales de repartición del trabajo y matrimonio, así como licencias sexuales prematrimoniales de carácter marcadamente matriarcal, las prácticas medicinales del tipo que nos indica Estrabón y las sociedades de mozos.” Nosotros añadiríamos también la pervivencia de un sistema de poblamiento basado en una red tupida de aldeas autónomas, los concejos abiertos y la explotación comunal de terrenos.

Julio Caro Baroja defiende la coherencia cultural de las regiones del Norte aunque detecta diferenciación entre su sector occidental (Galicia, Asturias, León y Cantabria) y el oriental (Vascongadas y Navarra).

“La demostración de que al admitir esta área cultural trazada en la actualidad, se no se ha cometido ningún exceso se hallará al estudiar la distribución de algunos hechos etnográficos en la actualidad o época moderna” Si bien “desde los puntos de vista lingüístico y antropológico no cabe afirmar que desde los galaicos hasta los vascones hubiera unidad” Más adelante concreta que “puede marcarse una línea que señale diferencias considerables dentro de este ámbito general al oeste de la provincia de Vizcaya, dejando a un lado el territorio de habla vasca y al otro los de habla romance (leonés y gallego en conjunto). Esta línea la tienen en cuenta los antropólogos, deduciendo se existencia de investigaciones independientes. Desde Galicia (dejando a un lado Orense) hasta Santander es donde se encuentra el foco más intenso de braquicefalia de toda España. Desde donde comienza el vasco, la proporción de la braquicefalia comienza también a ser menor: Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra son provincias de mesocéfalos".

Para Julio Caro Baroja, la clave de la regionalidad no estaba en reinos, condados o señoríos sino en las condiciones sociales, económicas y culturales previas, aquellas que constituyen su sustrato prerromano. De ahí que se apoye en el bimilenario texto de Estrabón:

"En otra parte [en el segundo tomo correspondiente a los Pueblos de España actuales] he procurado demostrar cumplidamente que Estrabón no cometió ninguna ligereza al decir que todos estos pueblos vivían de modo análogo, aunque hubiera, como es lógico, sus matices y diferencias entre ellos".

Sostiene que la base de la vida económica de galaicos, ástures y cántabros era la recolección de frutos naturales, pervivencia de reminiscencias del matriarcado, que el sistema social estaba basado en clases de edad, que existían unidades sociales superiores a la familia asociadas a un territorio, que en Occidente habitaban en castros sugiriendo una continuidad con las viviendas de las zonas montañosas de Asturias, Orense y León, uso del sayo negro, conocimiento profundo de las propiedades tóxicas y medicinales de las plantas, cultos lunares asociados a danzas, creencia en agüeros, etc. En definitiva considera a los montañeses del Norte “como un pueblo de pastores y labradores primitivos en que los caracteres arcaicos están muy marcados”.

Estudios más recientes, como los relativos al proceso de etnogénesis de los pueblos prerromanos de la península Ibérica realizados por Martín Almagro-Gorbea y Gonzalo Ruiz Zapatero describen así a estos pueblos:

Todos estos pueblos ofrecían una estructura socio-económica muy primitiva, pues vivían en pequeños aldeas fortificadas o castros, que controlaban su pequeño territorio circundante habitados por una sociedad organizada por clases de edad, sistema anterior a las clases sociales de los clanes gentilicios. Por ello mismo, conservaban la explotación colectiva de la tierra como los primitivos indoeuropeos, costumbre conservada en las tradiciones comunales de la Peninsula Ibérica casi hasta la actualidad. Justino (44,3,7) indica que ‘las mujeres se ocupan de la tierra y la casa mientras que los hombres se dedicaban a la guerra y las racias’, división de roles característica de primitivas sociedades de pastores-guerreros.Los guerreros jóvenes formaban fratrias con duros ritos de iniciación que actuaban como bandoleros dirigidos por caudillos o jefes carismáticos heroizados, a los que se vinculaban con pactos personales de carácter sacro, lo que generaba creciente inestabilidad, expandiéndose en pequeños grupos a gran distancia, según comenta Diodoro (5,34,6): ‘los que en edad viril carecen de fortuna y destacan por su fuerza física y valor ... con las armas se reunen en las montañas, forman ejércitos y recorren Hispania amontonando riquezas por medio del robo’. Esta forma de vida perduró hasta que Roma les obligó a cambiar de formas de vida, pues los romanos consideraban a estos grupos como simples latrones o bandoleros, denominación dada a Viriato y a otros caudillos semejantes, aunque, en época tardía, llegaran a movilizar ejércitos de miles de hombres.Por ello fue una de estas poblaciones, los Cántabros, pueblo montañés de estirpe indoeuropea muy primitiva, quienes ofrecieron la última y más enconada resistencia a Roma, que sólo logró dominarlos tras una auténtica guerra de exterminio que duró 20 años, ya que eran refractarios a cualquier tipo de organización civilizada.De todas formas, la Arqueología muestra que, en los siglos últimos antes de la era, estos pueblos indoeuropeos más o menos celtizados estaban alcanzando cada vez mayor desarrollo, en parte debido al creciente influjo "celtibérico", proceso que fue interrumpido por la aparición de Roma. La romanización ofreció gran resistencia al no estar acostumbrados a formas de vida civilizada, por lo que Roma tuvo que "crear" en estas zonas las primeras ciudades al no existir ninguna organización territorial supralocal, lo que explica la perduración del carácter disperso del hábitat y de creencias y formas de vida prerromanas hasta nuestros días.
(Almagro-Gorbea, Martín, Diversidad y unidad en la Hispania Antigua nº 102, Razón Española)

Miguel Novo Guisán, en su obra “Los Pueblos Vasco-Cantábricos y galaicos en la Antigüedad Tardía. Siglos III-IX” estudia a los Pueblos del Norte, su proceso de romanización, germanización y fases iniciales de la formación del Reino Asturleonés.

Es interesante observar que, como veremos más adelante, galaicos y ástures compartieron instituciones durante el Alto Imperio Romano y fueron englobados en la provincia de Gallaecia en la división romana bajoimperial. Parece ser que durante la ocupación visigoda, Gallaecia incluía a galaicos, ástures y cántabros. Orosio, autor hispanorromano del siglo V d.C. afirma en su Historia de la Guerra que "Cántabros y los Ástures forman parte de la provincia de Gallaecia", San Isidoro "Situados en Gallaecia: Cantabria, Asturia" ó Porfirio "Cantabria que está en Gallaecia".

En todo caso las crónicas árabes y europeas conocían el reino de León como Gallaecia. En incluso en crónicas leonesas del siglo XI, como un documento regio de la Colección Diplomática del Monasterio de Sahagún, y fechado el 8 de marzo del año de 1060. se hace una permuta con el monasterio de Sahagún indicando que está en los confines de Gallaecia. La cita exacta es "ut facimus uobis Gundisaluo abbati uel collegio fratrum sanctorum Facundi et Primitibi in finibus Gallecie, super ripam amnis Ceia (...)"

Como veremos más adelante, una alianza ástur-cántabra dará lugar al Reino de Ástures a partir de la Batalla de Covadonga, adquirirá conciencia de reino en expansión con la integración de los galaicos, será denominada Reino de León al trasladarse su capital desde Oviedo a la antigua sede de la Legio VII y pretenderá gobernar toda Hispania expandiéndose hacia el Sur con hegemonía sobre otros reinos cristianos al considerarse sus reyes legítimos sucesores de los reyes de Toledo. Es el reino de los pueblos del Norte.

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

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12:10 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

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8:35 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

porque se empeña la gente en negar la ascendencia celta de los gallegos, cuando tenemos las mismas constumbres que los irlandeses por ejemplo solo hay que mirar la gran cantidad de pelirrojos y rubios de ojos azules que hay en galicia, más que en el resto de la península y los castos tipivcamente celtas y que no hay en otra parte de españa que no sea el norte, no es verdad que galicia fue el último reduccto celta, ya que fue conquistada despues de la mismisima galia, por octavio augusto, devido a la ferocidad de sus habitantes, incapaces de adaptarse a las constumbres romanas, tb debido a lo inospito del paisaje de entonces y el clima, que forjo verdaderos soldados capaces de hacer frente al mismisimo julio cesar.y no olvidemos que galicia fue reino suevo descendientes tb de los celtas

10:00 p. m.  
Blogger Hani Ba'al Barqā said...

primero si ves la mitologia irlandesa como un libro historico veras ke los 1000 ke fueron desde galicea a irlanda
segundo no solo vinieron los celtas sino ke ahy dos invasiones germanicas y de los pueblos del norte de europa en hispania
no solo ahy en el norte rubios tambiem en el sur ya ke los godos se establecieron y dominaron la parte sur de hispania y la gente del norte fueron los ke lucharon contra los godos incluso en la epoca de recadero y wiza

3:42 p. m.  
Blogger Bruno Rossegador said...

Lo de los celtas rubios es un mito.....para empezar no eran una raza homogenea....el termino celta es mas bienn concepto cultural...y entre los galaicos habia pueblos celtas e indoeuropeos de origen incierto...se habla de iliriod

4:39 p. m.  
Blogger Bruno Rossegador said...

Galicia no fue dominada por augusto lps iltimos pueblos fpminados furtpn canyabros y astutes....y lo del gallegp rubio es un mito....fur

4:44 p. m.  
Blogger Unknown said...

Parece ser que los suevos eran germánicos y no celtas. Segurament sois muy jovenes pero yo veia de pequeño la serie de TV "Arturo de Bretaña" en blanco y negro y era muy facil distinguir a los britanos (celtas) y a los sajones (no celtas). Unos tenian el pelo negro (celtas) y los otros rubios (sajones). Los ojos de ambos serian predominantemente azules.

11:58 a. m.  

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