Sayago
Al suroeste de la capital zamorana se extiende un territorio que se continúa por las tierras salmantinas sin solución de continuidad, dando sentido a una parte de la aseveración de D. Manuel Gómez-Moreno cuando señala que «la provincia de Zamora no tiene razón de ser en la geografía ni en la historia» . Esta comarca limita al sur con Salamanca, al nor-noroeste con Portugal por los Arribes del Duero y al nor-noreste con las tierras llanas zamoranas del Pan y del Vino; es, por lo tanto, un territorio enmarcado por los ríos Duero y Tormes y la Ruta de la Plata.
Como ya hemos señalado el suelo es granítico, por lo que los muros que configuran las construcciones nos ofrecen una mampostería bastante cuidada, por lo general, y, algunas veces enfoscada y encalada. Las cubiertas son siempre de teja.
Las construcciones de esta tierra son como ella, duras y sencillas; por lo general tienen una sola planta formando un conjunto con las cuadras y elementos auxiliares, como el cobertizo del carro, todo alrededor de un patio, aunque no son escasos los ejemplares de dos plantas. La vivienda es reticente a asomarse al exterior y se vuelca, en muchos de los casos, hacia el interior del patio.
Cuando presenta fachada al exterior, sobre todo en la parte norte de la comarca, sólo se abren una puerta y escasos vanos; aquella está protegida generalmente por dos muros laterales que sobresalen de la fachada y sustentan un tejadillo a dos aguas, bajo el que se sitúan además dos bancos corridos de piedra, poyos; los vanos son pequeños y enmarcados por grandes piedras. En este caso es frecuente que a la casa se le adosen por detrás las cuadras y se cierre el conjunto con el patio y las dependencias auxiliares, lo que produce el efecto de tejados largos y tendidos. Si el edificio es de dos plantas, sobre la puerta de entrada se sitúa un balcón, muchas veces en forma de corredor, entre los mismos muros que enmarcan la puerta formando un todo, un solo cuerpo; a veces esto se remete de la fachada quedando el balcón a paño con la misma; en la planta baja el portal se desplaza unos metros al interior, encima el forjado, marcado por el dintel de la fachada, y un balcón con antepecho de madera o de hierro. La vivienda se instala en la planta baja y el programa suele ser muy reducido: la cocina, donde se hace la vida y uno o dos dormitorios; en los edificios de dos plantas la vivienda se suele dividir entre ambas, junto con algunas dependencias, pajar, panera... o sólo en la planta baja y las dependencias arriba.
Si la vivienda se vuelca al interior aparecen los grandes portalones como entrada. Por él se accede al patio y dentro del mismo la vivienda se sitúa generalmente al fondo, repartiéndose en los laterales las cuadras y las construcciones auxiliares. Las viviendas siguen siendo semejantes a las citadas anteriormente. Los muros siguen siendo de mampostería con grandes piedras en los vanos; los portones tienen en las jambas bloques enormes, con un despiece semejante al que se verá en el Alberche, y sustentan un dintel de piedra; sobre el portalón va un tejaroz que se apoya en ménsulas, generalmente de piedra labrada. En algunos patios se levantan porches sobre grandes pilares monolíticos de granito que, en Cibanal, aparecen al exterior. Las chimeneas, casi siempre enfoscadas, son de piedra o ladrillo, grandes, anchas y se corresponden con la campana de la cocina, el hogar, hoy desaparecido o en desuso.
Los campos se dividen por medio de grandes piedras inhiestas formando fila, entre las que se sitúan otras más pequeñas cerrando los huecos. Son cercas que sirven además para cortar los vientos y proteger los cultivos.
Territorialidad
Pereruela es una población conocida por su importante alfarería, especializada en menaje para horno, que se seca en los patios de las casas. La piedra de sillería aparece en los vanos y en las esquinas. Casas de dos plantas con el portal y el balcón remetidos o viviendas interiores en los patios y cerca alta con portalón.
Las casas bajas y los grandes tejados, con amplias y bajas chimeneas, dominan Fadón, que se mimetiza con el paisaje y se pega al suelo. En Bermillo de Sayago las casas tienen, en muchos casos, dos plantas; siguen las cercas altas y los portalones con tejadillo, además de las casas bajas con el patio, formando el conjunto una sola manzana. Lo mismo encontramos en Villar del Buey, donde aparecen pequeñas plazas a las que se abren varios portalones.
Hacia el sur empiezan a aparecer en los campos refugios o case-tos de piedra con planta cuadrada y falsa cúpula cerrándolos. En Cibanal se han visto al exterior porches rústicos sustentados por grandes bloques monolíticos de piedra granítica, como resultado de la desaparición de la cerca que enmarcaba el patio al que se abrían.
La población más importante de la comarca es Fermoselle. Se sitúa en los Arribes del Duero, es decir, junto a la frontera portuguesa, sobre un gran cerro en el que aflora la roca viva que hace de suelo para muchas calles y de muro para algunas casas. Las calles siguen las curvas de nivel y se cruzan con otras, empinadas, que ascienden hacia la plaza situada en lo alto. Muchas de las callejas se resuelven con escaleras, a veces, talladas en las rocas. Hay algunas calles que pasan bajo las casas creando pasadizos. La distribución es muy urbana con edificios de piedra que pueden ser de sillería o mampostería o mixta. Las casas presentan por lo general dos plantas, con la vivienda situada en la superior, estando la baja destinada a la cuadra, aunque hay edificios que reparten la vivienda entre las dos plantas, desplazando la cuadra con el pajar a una construcción anexa. Las bodegas aprovechan el desnivel del terreno para situar la puerta de entrada a ras de calle, con la casa encima, que dispone de acceso directo superior, o por medio de una escalera que sirve de cobijo para la entrada de la bodega; cuando las cuadras ocupan la planta baja de las viviendas el acceso a éstas se rige por las mismas pautas anteriores esto crea juegos de escaleras muy plásticos en la misma calle. Son comunes los balcones volados sobre grandes ménsulas de piedra con antepecho de hierro y suelo de lajas. Abundan en el entorno de la población los casetos apuntados anteriormente.
Hacia el este de la comarca, en Tardobispo y Peñausende, volvemos a encontrar los grandes portalones cerrando las cercas de los patios, además, casas bajas con la puerta «cobijada» de la fachada o protegida por muros que sobresalen de ésta. En éstas últimas, una amplia y baja chimenea marca la cocina y una pequeña ventana el dormitorio o dormitorios, lo que habla de la sencillez de estas viviendas.
En Figueruelas y Alfaraz de Sayago se conservan hornos exteriores, de planta semicircular, de piedra, cubiertos por lajas y adosados a los muros.
Como ya hemos señalado el suelo es granítico, por lo que los muros que configuran las construcciones nos ofrecen una mampostería bastante cuidada, por lo general, y, algunas veces enfoscada y encalada. Las cubiertas son siempre de teja.
Las construcciones de esta tierra son como ella, duras y sencillas; por lo general tienen una sola planta formando un conjunto con las cuadras y elementos auxiliares, como el cobertizo del carro, todo alrededor de un patio, aunque no son escasos los ejemplares de dos plantas. La vivienda es reticente a asomarse al exterior y se vuelca, en muchos de los casos, hacia el interior del patio.
Cuando presenta fachada al exterior, sobre todo en la parte norte de la comarca, sólo se abren una puerta y escasos vanos; aquella está protegida generalmente por dos muros laterales que sobresalen de la fachada y sustentan un tejadillo a dos aguas, bajo el que se sitúan además dos bancos corridos de piedra, poyos; los vanos son pequeños y enmarcados por grandes piedras. En este caso es frecuente que a la casa se le adosen por detrás las cuadras y se cierre el conjunto con el patio y las dependencias auxiliares, lo que produce el efecto de tejados largos y tendidos. Si el edificio es de dos plantas, sobre la puerta de entrada se sitúa un balcón, muchas veces en forma de corredor, entre los mismos muros que enmarcan la puerta formando un todo, un solo cuerpo; a veces esto se remete de la fachada quedando el balcón a paño con la misma; en la planta baja el portal se desplaza unos metros al interior, encima el forjado, marcado por el dintel de la fachada, y un balcón con antepecho de madera o de hierro. La vivienda se instala en la planta baja y el programa suele ser muy reducido: la cocina, donde se hace la vida y uno o dos dormitorios; en los edificios de dos plantas la vivienda se suele dividir entre ambas, junto con algunas dependencias, pajar, panera... o sólo en la planta baja y las dependencias arriba.
Si la vivienda se vuelca al interior aparecen los grandes portalones como entrada. Por él se accede al patio y dentro del mismo la vivienda se sitúa generalmente al fondo, repartiéndose en los laterales las cuadras y las construcciones auxiliares. Las viviendas siguen siendo semejantes a las citadas anteriormente. Los muros siguen siendo de mampostería con grandes piedras en los vanos; los portones tienen en las jambas bloques enormes, con un despiece semejante al que se verá en el Alberche, y sustentan un dintel de piedra; sobre el portalón va un tejaroz que se apoya en ménsulas, generalmente de piedra labrada. En algunos patios se levantan porches sobre grandes pilares monolíticos de granito que, en Cibanal, aparecen al exterior. Las chimeneas, casi siempre enfoscadas, son de piedra o ladrillo, grandes, anchas y se corresponden con la campana de la cocina, el hogar, hoy desaparecido o en desuso.
Los campos se dividen por medio de grandes piedras inhiestas formando fila, entre las que se sitúan otras más pequeñas cerrando los huecos. Son cercas que sirven además para cortar los vientos y proteger los cultivos.
Territorialidad
Pereruela es una población conocida por su importante alfarería, especializada en menaje para horno, que se seca en los patios de las casas. La piedra de sillería aparece en los vanos y en las esquinas. Casas de dos plantas con el portal y el balcón remetidos o viviendas interiores en los patios y cerca alta con portalón.
Las casas bajas y los grandes tejados, con amplias y bajas chimeneas, dominan Fadón, que se mimetiza con el paisaje y se pega al suelo. En Bermillo de Sayago las casas tienen, en muchos casos, dos plantas; siguen las cercas altas y los portalones con tejadillo, además de las casas bajas con el patio, formando el conjunto una sola manzana. Lo mismo encontramos en Villar del Buey, donde aparecen pequeñas plazas a las que se abren varios portalones.
Hacia el sur empiezan a aparecer en los campos refugios o case-tos de piedra con planta cuadrada y falsa cúpula cerrándolos. En Cibanal se han visto al exterior porches rústicos sustentados por grandes bloques monolíticos de piedra granítica, como resultado de la desaparición de la cerca que enmarcaba el patio al que se abrían.
La población más importante de la comarca es Fermoselle. Se sitúa en los Arribes del Duero, es decir, junto a la frontera portuguesa, sobre un gran cerro en el que aflora la roca viva que hace de suelo para muchas calles y de muro para algunas casas. Las calles siguen las curvas de nivel y se cruzan con otras, empinadas, que ascienden hacia la plaza situada en lo alto. Muchas de las callejas se resuelven con escaleras, a veces, talladas en las rocas. Hay algunas calles que pasan bajo las casas creando pasadizos. La distribución es muy urbana con edificios de piedra que pueden ser de sillería o mampostería o mixta. Las casas presentan por lo general dos plantas, con la vivienda situada en la superior, estando la baja destinada a la cuadra, aunque hay edificios que reparten la vivienda entre las dos plantas, desplazando la cuadra con el pajar a una construcción anexa. Las bodegas aprovechan el desnivel del terreno para situar la puerta de entrada a ras de calle, con la casa encima, que dispone de acceso directo superior, o por medio de una escalera que sirve de cobijo para la entrada de la bodega; cuando las cuadras ocupan la planta baja de las viviendas el acceso a éstas se rige por las mismas pautas anteriores esto crea juegos de escaleras muy plásticos en la misma calle. Son comunes los balcones volados sobre grandes ménsulas de piedra con antepecho de hierro y suelo de lajas. Abundan en el entorno de la población los casetos apuntados anteriormente.
Hacia el este de la comarca, en Tardobispo y Peñausende, volvemos a encontrar los grandes portalones cerrando las cercas de los patios, además, casas bajas con la puerta «cobijada» de la fachada o protegida por muros que sobresalen de ésta. En éstas últimas, una amplia y baja chimenea marca la cocina y una pequeña ventana el dormitorio o dormitorios, lo que habla de la sencillez de estas viviendas.
En Figueruelas y Alfaraz de Sayago se conservan hornos exteriores, de planta semicircular, de piedra, cubiertos por lajas y adosados a los muros.
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