El Reino Olvidado

Este diario es la crónica de un país olvidado, el seguimiento de su huella histórica, cultural y artística en España y en Europa.

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lunes, noviembre 13, 2006

Pallozas, pallaza o casas de teito

A ambos lados de la sierra de Ancares, que separa las provincias de Lugo y León, se conserva una construcción muy particular denominada en territorio gallego como pallaza o palloza y que en la zona leonesa se conoce preferentemente como casa de teito o casa de teito redondeada.

Es una construcción de muros bajos de piedra, de planta entre circular y elíptica, predominando la ovalada, sobre los que se sitúa una cubierta vegetal de forma cónica, que puede llevar una cumbre o rematar en pico, y dentro de la cual conviven las personas y los animales.

Esta singular construcción ha desatado todo tipo de análisis y estudios, así como ideas románticas. Casi todos los investigadores han dejado su opinión sobre las pallozas o casas de teito, siendo estas construcciones las que más páginas han llenado en los libros de etnología y arquitectura popular.

Una de las primeras ideas que se plantearon sobre el origen de las pallozas fue su relación directa con las viviendas circulares de los castros, hecho que ha defendido, entre otros, García Bellido, basándose en las excavaciones realizadas en los castros del noroeste peninsular; apoyan esta propuesta los descubrimientos de Sánchez Palencia en la Corona de Corporales, la Cabrera, sobre un sistema de cubrición que presenta cierto paralelismo. En esta misma idea de la ascendencia celta de las casas de teito están Mercadal, Torres-Balbás y Von Richthofen.

Otros autores basan sus opiniones en la adaptación de una sociedad a una economía de subsistencia; Krüger considera que la palloza es la consecuencia del paso de una economía comunal a otra individualizada, que produce transformaciones estructurales en la forma y distribución de los espacios interiores; además añade:

"he sostenido ya la opinión de que la pallaza se remite a una antiquísima cultura constructiva propia de los tiempos pre-romanos que se ha mantenido hasta nuestros días y en una forma típica en este país de montaña conocido como apartado lugar de las más vetustas tradiciones... y el conjunto de formas de construcción fue considerado, en una palabra y sin rodeos, como patrimonio de la raza occidental".

Próximos a esta idea, José Luis Alonso Ponga y Amador Diéguez Ayerbe consideran la palloza como la consecuencia de una economía de escasos recursos que transforma la casa redonda en ovalada para solucionar los problemas de una cubierta de gran tamaño.

Mark Gimson, arquitecto inglés, ha realizado uno de los mejores estudios que existen sobre este tipo de construcciones y a él se deben las propuestas más interesantes sobre su origen y su forma de construcción, cuya reproducción sobrepasa los límites de este trabajo. Este investigador señala:

"Existe una importante diferencia entre las aldeas de los castros y las de las pallozas. En los castros las cabañas usábanse únicamente como lugar para vivir; los animales eran propiedades de la tribu y había edificios comunales de los que desconocemos el uso y sólo podemos hacer conjeturas. La sociedad era una forma de comunismo primitivo. Por la contra las pallozas acogían a una familia entera y sus propiedades, incluidos los animales. Hoy día sólo se encuentran construcciones comunales en las brañas altas, pero en los valles, en las aldeas de pallozas, la familia entera divertíase en su palloza cuando llegaba la ocasión. Sólo la reciente apertura de algunos bares en las aldeas puso fin a muchas de las antiguas tradiciones que tenían lugar al calor del hogar. Las casas de los castros eran versiones menores y más sencillas que las pallozas; tenían paredes bajas de piedra con techos de paja, pisos de tierra y losa para la lumbre, generalmente puesto en el centro. Las pallozas son descendientes de éstas y son un ejemplo de una tradición de construcción que evolucionó poco a poco".

La referencia literaria más antigua que hay de las pallozas se debe a Eugenio de Salazar, magistrado del siglo XVI, que por motivos de trabajo pasó algún tiempo en Tormaleo, localidad asturiana cercana al Bierzo. Este, según comenta Mark Gimson, inicia su descripción irónicamente:

"Populosa ciudad... de hasta diez casas todas redondas... Dos puertas tiene cada casa, una a oriente y otra a poniente, y ni por una seve el sol ni por otra se descubre el cielo. Vese a ratos por entrambas la nieve de vara en alto... En las dichas casas no hay sala, ni corte, ni retrete; toda la casa es un solo aposento como ojo de compromiso; y en él están los hombres, los puercos y los bueyes todo pro indiviso, no sólo porque todos son herederos de la tierra sino también ni siquiera en las costumbres se diferencian... El hogar está en medio de esta apacible morada, para que de allí salga luz y calor para todo el circular aposento... Las dichas casas circulares están cubiertas con unos cimborrios de fina paja, y éstos rodeados desde el extremo hasta la coronación de unos rollos de mimbre hechos de tal orden y manera que cuando los vi, bien pensé que eran los verdugados que salían desterrados de Castilla...".

Esta descripción la considera J. L. García Grinda:

"Un tipo menos evolucionado de palloza, que podemos relacionar con las «cabañas» o cabañas de uso temporal que todavía existen en los pastos altos, siendo el ejemplo más claro y conservado el núcleo de Campo del Agua, usado como asentamiento temporal en primavera y verano por los vecinos de Aira da Pedra".

Otro viajero, George Borrow, se alojó en 1842 en una casa que describe así: «la cabaña constaba de tres divisiones: en la primera encontrábase la paja, en la segunda el ganado y caballos y en la tercera la familia».

Son abundantes las citas de los viajeros en las que describen pallozas con mayor o menor detalle; Willian Dalrymple en 1774, John Adams en 1780, Robert Southey a principios del siglo xix, John Ford a mediados y Hans Friedrich Gadow a finales del mismo siglo, entre otros, hablan de estas construcciones al tiempo que marcan la amplitud del territorio que superaba con creces la que hoy vemos.

La construcción de la palloza resulta compleja por la solución que aporta para la cubierta. Ésta varía según sea la forma del muro y el tamaño. Por lo general está formada por una cume o cumbre sustentada por tijeras, que apoyan en los muros, y por algún pie derecho o esteo; en algunas ocasiones las tijeras cargan sobre unas vigas madre que apoyan en forcas o pies derechos situados junto a los muros. A esta estructura general se añaden los pares o cangos que se disponen radialmente siguiendo la forma curva del muro; éstos se sujetan con las carreiras que son piezas horizontales situadas hacia la mitad de los cangos. Completan la estructura las ripias, tablas toscas, generalmente de roble, que sirven se soporte a la paja de centeno con que se remata la construcción. (Una de las decadencias y ruinas de estos edificios está en la casi imposibilidad de obtención de paja de centeno en condiciones de ser utilizada para los teitos).

La piedra es la de la región y la madera de castaño o roble (carballo), que se cortaba en luna menguante entre octubre y febrero, con el fin de que no se pudriese.

Geografía de la palloza o casa de teito redondeada

La casa de teito redondeada o palloza tiene hoy una extensión muy reducida si la comparamos con las referencias del siglo pasado. Ocupa solo el entorno de la sierra de Ancares; al oeste, en la provincia de Lugo se encuentra en la parte alta del valle del río Ser, en donde destacan Piornedo, Donis y El Cebrero; al norte, en Asturias, la vemos en los valles de Ibias y Luiña, donde Degaña es la localidad más interesante; y al este, en la provincia de León, los pueblos en los que se conservan pallozas se sitúan en el espacio determinado por la citada sierra, la carretera nacional VI y Villafranca del Bierzo. En muchas de las poblaciones se conserva alguna palloza, sobre todo en las cabeceras de los valles de Balboa, Burbia, Ancares y Fornela, siendo las poblaciones de Balouta y Suárbol, que vierten aguas hacia Galicia las más destacadas, después del incendio que asoló casi totalmente el espléndido conjunto de Campo del Agua.


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4 Comments:

Blogger O'Bierzo raiño de Galicia said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

9:37 p. m.  
Blogger Taliesin said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

8:36 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pero veña!! pocas luces, etc eu ainda no che faltei o respeto, pero como queras traviesín. si as tuas raices son moi moi fondas non sei que fas dicindo parvadas estudia un pouco as raices do teu pobo.

9:13 p. m.  
Blogger Taliesin said...

Sí, faltachesme ó respecto. Eu non digo parvadas. O artigo é de Juan Carlos Ponga Mayo e Araceli Rodriguez. Non é meu. Mira na raiz. Xa te lo dixe. Non sei qué problema tes.
Para Miguel Yuma pallaza é o nome autóctono en Ancares. Tamén para José Luis Alonso Ponga.
Sobre o carácter "galaico" das pallozas, dúas cousas. A primeira que Ancares foi astur (O Courel pertencia ós Lougei) e a segunda tomada de El Bierzo de Jose Luis Alonso Ponga e Amado Dieguez Ayerbe: "Las noticias más antiguas sobre las pallozas, es la descripición que hizo en el s. XVI don Eugenio de Salazar. Nos describe una de Tormaleo, pueblecito asturiano cercano a Guímara [...] No queremos acabar este capítulo sin comentar otra de las ideas preconcebidas que circulan a propósito de este tipo de construcciones, y es la de que la palloza es un tipo de arquitectura gallega. Algunos han llegado a calificarla de "arquitectura gallega que se adentra en León". Feduchi dice "La palloza o pallota es un habitat esencialmente gallego, su parentesco con los castros descubiertos en la región evidencia esta relación y además el mayor número de ejemplares, aunque estén mal conservados, se hallan en la región del Cebrero y en la vertiente Atlántica de los Ancares."
El mayor número de ejemplares y hasta la mayor extensión de la palloza en la actualidad se encuentra en la provincia de León, en el amplio arco que va desde el valle de Fornela hasta la zona de Barjas (cfr. mapa de difusión de la palloza). Pero además, señalaremos que fuera del Bierzo, en Maragatería y Cepeda, hemos encontrado un tipo de construcciones también ovales, donde según los ancianos han vivido familias enteras. Esto demostraría la existencia de este tipo de construcciones fuera del área de vecindad con Galicia. [...] Digamos, para finalizar, que, en nuestro criterio, la palloza no es gallega ni leonesa ni asturiana. Pertenece a unas comarcas que están comprendidas en estas provincias, pero en ningún caso se puede demostrar que haya sido autóctona de una de estas regiones, y se haya exportado a las vecinas, porque aún está por demostrar qué regiones de estas tres citadas influye sobre sus vecinas, y cuál de ellas es la influenciada."

Se queres falamos en serio. Se non borro e paso de ti.

11:20 p. m.  

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